ATENEA

Hija de Zeus y Metis y diosa de la sabiduría, de la tempestad, de los cultivos, de las artes y de la guerra justa. Cuando Metis estaba embarazada, a Zeus le llegó el presagio de que ese nacimiento engendraría un hijo tan listo como para derrocarlo. Para impedirlo, Zeus devoró a Metis y al feto. Al pasar el tiempo, la nueva diosa brotó de la cabeza de su padre, abierta de un hachazo por Hefesto. De esta forma, Atenea nació adulta y armada. Además, la cercanía con Zeus durante su nacimiento y desarrollo le entregó valores quye la mantenían unida al dios. Eso la convirtió en su ayudante ideal. Por eso era la única digna de cargar el escudo de su padre, entrar en el arsenal y portar su trueno. ​ Atenea luchó junto a su padre en la Gigantomaquia, ayudó a Perseo a decapitar a Medusa, enseñó a Heracles a exterminar monstruos y aconsejó a Belerefonte para domar al Pegaso. En la Guerra de Troya, tanto Atenea como Hera apoyaron a los aqueos por su odio a Paris, que no les entregó la manzana de la discordia. También fue ella quien enseñó a Epeo para que construyera el Caballo de Troya, lo que permitió la conquista de la ciudad.​ Atenea es ingeniosa e inteligente no solo en tiempos de guerra. Es diosa de la sabiduría protectora de los héroes y de la gente de letras. El papel de consejera revela que el espíritu prevalece frente a la adversidad. ​ Como “Atenea Erage” protege a los artesanos. Y el apelativo “Palas Atenea”, que corresponde a “Atenea Partenos”, califica a la diosa como “eternamente virgen”. Esto se basa en las antiguas creencias que consideran que la fuerza de la diosa depende de la carencia de relaciones sexuales. En Atenas se le veneraba como Partenos (virgen), de ahí que el gran templo en su honor se llame el Partenón. ​​​ Grimal, Pierre, (1989). Diccionario de mitología griega y romana. Trad. Francisco Payarols, Barcelona, España: Paidós. ​ Graves, Robert, (2007). Los mitos griegos I y II. Trad. Esther Gómez Parro, 2001. Madrid, España: Alianza Editorial. 
Image