La corrupción en México
- Autor:
- ROCÍO RAMOS FERNÁNDEZ
Cultura: conjunto de conocimientos, modos de vida, costumbres y tradiciones de un grupo social en una época determinada.
El problema en afirmar que la corrupción es un fenómeno cultural, como se ha hecho, es que se asume como parte de la naturaleza humana, como algo que no puede combatirse porque es parte inherente a ella.
Todos hemos sido, posiblemente partícipes -directa o indirectamente- de algún momento de un acto de corrupción, lo sepamos o no, seamos conscientes o no de ello. Pero la corrupción institucionalizada, la que ocurre en las organizaciones, especialmente en las públicas, es una práctica consistente en la utilización de las funciones y medios de aquellas en provecho, económico o de otra índole, de sus gestores.
Si bien, sus causas pueden ser de diversa índole (formales, materiales y/o culturales), no podemos ocultar más que la corrupción nos afecta en definitiva a todos los integrantes de nuestra sociedad. Es responsabilidad de cada ciudadano hacer presente, con actos, su lucha y erradicación, como lo tendría que ser para el gobierno en curso. Se trata de nuestro país y de ello depende el ambiente y las reglas que rigen nuestras conductas, en cualquier ámbito y momento de interacción social, que como sabemos y vivimos día a día, puede ser mejor.
La corrupción para Enrique Peña Nieto
El presidente Enrique Peña Nieto, durante la primera sesión plenaria del Foro Económico Mundial para América Latina en el 2015 habló sobre el tema de la corrupción al ser cuestionado sobre la falta de confianza en el gobierno.
La corrupción, ha dicho, "es un asunto, de orden a veces cultural" que requiere por ello "un cambio de mentalidad, de conductas, de práctica, de asimilar nuevos valores éticos y morales, esto debe ser un cambio estructural dentro de toda la sociedad." Previo a este discurso, ya había recibido críticas por hacer tal afirmación, con la que pareciera justificarla, por lo que agregó que la corrupción "es cultural, porque cuando estableces verdaderamente principios, patrones, conductas que deben de seguirse, algunos quisieran que las siguieran otros, pero que esas no aplicaran para uno. Quisieran que fuera la ley hecha para todos, menos para uno. Tenemos en México un dicho, que dice: Hágase la ley en los bueyes de mi compadre, pero no en los míos."
La corrupción tiene sus orígenes, sus grados y sus usos... Pero,
¿es válido justificarla de este modo?
La corrupción, acción y efecto de corromper o corromperse, según la Real Academia de la lengua Española, se relaciona con el soborno -que como veremos será de hecho, solo un tipo de corrupción-, porque hay varios. Corromper por lo pronto, significa dañar, echar a perder o hacer que algo se deteriore.
Es cada vez más evidente que la corrupción, es un problema que en México genera muchos más y en alguna medida no nos ha permitido mejorar ni solucionar prácticamente ningún otro problema.
Pareciera relativamente reciente que la corrupción se haya visibilizado a tal grado, tal vez porque se ha llegado a un grado extremo de cinismo. La corrupción en México ha sido definida o explicada por Gustavo Madero, dirigente del Partido Acción Nacional, no como tema cultural, sino como un cáncer cultural, como "el diseño del sistema político que el PRI durante 70 años" y ha logrado normalizar y permear en toda la sociedad.
“Este es el cáncer que tenemos que sacudirnos de dentro, de fuera, de cada uno de nosotros, de cada una de nosotras, de todos los partidos, los medios de comunicación, los gobiernos, las asociaciones, todos tenemos que avanzar y reconocer que este mal existe y que tenemos que combatirlo”.
Carta al presidente Peña Nieto, por Lydia Cacho
La sociedad mexicana ya ha identificado este problema como el principal, y es ahora más consciente de sus implicaciones y consecuencias. Son varias organizaciones, individuos y sociedades, luchando cotidianamente para que la corrupción, en todos los grados y tipificaciones, deje de ser impune, se empiece a sancionar y crear precedentes, a fin de erradicarla, en lugar de normalizarla o banalizarla.